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miércoles, 12 de enero de 2011

Entrevista a Alejandro Henríquez

Un grito para escuchar

En circunstancias donde esperaba respuestas, solo obtuve más preguntas. El silencio, la oscuridad, y la soledad lo cubrían todo. En momentos donde no podía salir, las fotos me mostraron una salida”.

Fragmento del texto que acompaña a la muestra “Gritos de la Desolación”

Alejandro Henriquez tiene 32 años, es fotógrafo y Diseñador de Imagen y Sonido. Vive en Flores y es docente de la Escuela Técnica Fernando Fader.
Un grito visual que llega a la casa Marcó del Pont de la mano de un artista de nuestro barrio.

- ¿Cómo te iniciás en el mundo de la fotografía?
- Cuando me recibí de Diseñador de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires me regalaron una cámara digital. Era una cámara común y ahí empecé a jugar un poco con las fotos. Era algo que tenía pendiente porque en mi carrera la imagen tiene mucha presencia: de hecho, en la historia del cine, primero está la fotografía. El cine no es más que imagen en movimiento. Yo empecé al revés: primero me interesé en la imagen en movimiento y después en la foto. Con el tiempo me contacté con gente que sacaba fotos para eventos sociales y empecé a trabajar con ellos. Después me di cuenta que lo que más me interesaba era la faceta artística de la fotografía. Seguramente, por mi formación en teatro: me cautiva lo que es la figura humana, la representación de algo, una escenografía más allá de la realidad misma. Más que sacar una foto a un objeto o un paisaje me gusta que haya una intencionalidad, una parte dramática.

- ¿Cuál es tu objetivo cuando sacás una foto?
- Me gusta lo que definiría como “imagen cinematográfica”. Transformar esa imagen (ese movimiento que expresa algo, que te está marcando una acción) en una fotografía. Eso es muy difícil pero es mi objetivo.

- ¿Hiciste cursos de fotografía?
- No, la parte teórica y la parte técnica de la fotografía la aprendí en la facultad cursando mi carrera. Que por supuesto está muy relacionada con la fotografía. Pero no descarto perfeccionarme realizando algún curso: de hecho lo tengo pensado. Pero mi técnica parte más bien de la sensibilidad pura. Hay algo básico que es que uno puede haber estudiado un montón sobre fotografía, puede tener la mejor cámara…y no saber bien qué es lo que se quiere mostrar. Si no lográs acceder a eso que querés mostrar, si no ponés a trabajar tu sensibilidad; es imposible lograr algo artístico. La foto puede ser perfecta, pero no te transmite nada. Quizás mis fotos no son perfectas pero intento, por lo menos, que transmitan algo.

- ¿Qué es lo que te gusta del autoretrato y por qué lo elegiste para plasmar esta muestra?
- En realidad surge de algo que no me gustaba de mí. Era un momento muy particular, mucha depresión, mucha soledad…estaba sin trabajo, mi familia estaba afuera, estaba descolocado… Hay gente que se sienta a llorar, otra gente que se pone a mirar televisión y comer, otra le da por fumar. A mí me inspiró para sacarme fotos. Fue espontáneo: algún trasfondo psicológico-egocéntrico debe de haber en eso. Incluso, masoquista. Porque te estás sacando fotos y mostrándote al desnudo en el peor momento.

- ¿Ya en ese momento supiste que las fotos iban a integrar esta muestra?
- Originariamente no estaban pensadas para ninguna muestra en particular. Las primeras respondían a mi estado de ánimo: era agarrar la cámara y disparar. Y después, a mitad de camino, me di cuenta que indicaban un eje. Entonces, las últimas que saqué en esa etapa son más pensadas en función de una puesta en escena. Son más elaboradas que las primeras: al inicio estaba llorando y sentía que algo tenía que hacer con eso. “Bueno, me saco una foto”, era mi respuesta.

- O sea que fue casi una terapia…
- Fue absolutamente terapéutico. Me sumergí en una depresión que terminó siendo muy positiva.

- ¿Dónde tenés puesto tu foco de interés para sacar una foto?
- Mi interés está en las personas, en los rostros de las personas. Me pasa en muchas oportunidades ver una cara y pensar: “a esta mujer o a este hombre lo pondría en tal lugar, con tal ropa, en tal época”. Esta inclinación está muy arraigada en lo que yo intento hacer: darles a estas imágenes dramatismo, personificación. …Yo quiero que expresen algo. Sin cambiar mucho el entorno, mi ideal es llevar esos retratos a un plano más teatral o cinematográfico.

- ¿Actualmente estás ideando algún proyecto?
- Las fotos que estoy sacando ahora tienen que ver con esto que hablábamos: son retratos. Retratos de amigos, de modelos, de actores…A mí ver un rostro ya me da la pauta de algo. Y en este caso elegí hacer eje en un tema muy diferente al anterior y también muy difícil: el amor. Con lo cual es un proyecto muy ambicioso…(Risas)

- Te fuiste de la depresión más profunda al amor…un buen giro…
- Un giro genial que logré gracias a la “terapia fotográfica”…La terapia funcionó y en algo me mejoró… (más risas) Pero la verdad es que este tema que elegí tampoco es nada fácil. Porque la palabra “amor” es tremendamente amplia y abarca tantos aspectos: una pareja, compartir cosas, el afecto, el sexo…es tan amplio…Me está costando llegar a dónde quiero, pero lo estoy haciendo.

- ¿Por qué elegiste llamar a la muestra “Gritos de la Desolación?
- Es algo que está en el texto que acompaña la muestra. Lo decidimos con el curador, Jorge Mensi. Estábamos viendo las fotos y el texto, lo charlamos y muy espontáneamente nos pareció que resumía la esencia de la muestra. En pocas palabras, este título explicaba aquellas cosas que no se pueden decir (o que no se pudieron decir en su momento), y que te llenan el pecho. Es una respuesta a la angustia acumulada…era como gritar en el silencio. O presentir un grito que no se puede escuchar. Duele tanto y es tan fuerte que el grito es inaudible.

- ¿Por qué agregás texto a las fotos?
- Siempre me gustó escribir. Ya lo tengo incorporado como parte de mí y para mí. Estos textos los escribí después de sacar las fotos. Igual, en algún punto, es evidente que lo fui gestando ahí. Y me pareció interesante incorporarlo.

- ¿Estos textos son el cierre de un ciclo? ¿Son el cierre de un grito?
- No, creo que el cierre de este ciclo es la muestra. El cierre es que este grito sea escuchado.

Julieta Gervasoni para CCMP Contenidos (fotos propiedad del artista)

Gritos de la desolación | Muestra fotográfica | Del 4 al 18 de Febrero de 2011
Centro Cultural Marcó del pont, Artigas 202, Flores, Buenos Aires | Lunes a Domingos de 12 a 20 hs.
Inauguración: Viernes 4 de Febrero a las 19:00 | Canta Germán Cortés a las 20:30.
Cierre: Viernes 18 de Febrero a las 19:00 | Toca Roce de Guadaña a las 20:30


Trailer Gritos de la Desolación

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