Contame un cuento...
Silvina Menutti y Laura Finguer componen “Verdevioleta
Cuentos”. Este dúo de artistas pone en escena en el Espacio Cultural Marcó del
Pont dos espectáculos de narración oral para chicos de 2 a 10 años con vestuario,
utilería y teatralización. Todos los domingos de noviembre, a las 15 hs.
¿Cómo nació "Verdevioleta cuentos"?
Silvina: Nos conocimos en un Taller de Narración. El primer
día nos sentamos juntas y al conversar descubrimos que la mamá de Laura había
sido mi docente de narración en el
profesorado de educación inicial.
Laura: Al terminar ese curso, con otros compañeros formamos
el grupo “Contar con Voz” que se ha presentado en el Marcó del Pont con tres
espectáculos de narración para adultos. Y a partir de mayo de 2011, en
paralelo, conformamos el dúo “Verdevioleta Cuentos” con el que nos presentamos
en centros culturales, escuelas y diferentes instituciones con espectáculos
para niños, adolescentes y adultos.
¿De qué tratan los espectáculos "El tren de los
colores" y "Contando espero"?
EL TREN DE LOS COLORES es un espectáculo dirigido a niños de
2 a 5
años. Trata de dos maquinistas contadoras de historias que deben preparar un
tren para emprender
un largo viaje. A medida que lo recorren encuentran
historias y personajes: la arañita
Patilista; un pañuelo naranja que escapa volando; un perro
lanudo; una guitarra extraviada; un lápiz azul que lleva a dos hermanitos a un
mundo desconocido; dos pumas… Por su parte, CONTANDO ESPERO está dirigido a
niños de 6 a
10 años. Aquí la historia es que dos viajeras llegan tarde a una estación y
deben pasar la noche juntas. Mientras aguardan la llegada del día sacan
historias escondidas del fondo de sus equipajes, del bolsillo de sus abrigos y
de sus recuerdos.
¿Cuáles son las herramientas con las que cuentan para captar
la atención de un público tan particular
como son los niños de 2 a
10 años?
Nuestra propuesta, en este caso, son dos espectáculos de
narración; no ronda de cuentos. Es decir: hay una dramaturgia y una puesta en
escena que dan el contexto y un marco a los cuentos lo que permite sostener la
atención y el interés de forma más prolongada. En el caso de EL TREN DE LOS
COLORES la propuesta incluye poesías, canciones y el uso de objetos. De esta
manera, el espectador se ve siempre sorprendido por la irrupción de algo que
rompe el ritmo y el tono precedente. En CONTANDO ESPERO, la dramaturgia del
espectáculo propone una evolución en la relación de los personajes. Esta
circunstancia a los chicos más grandes les resulta atractiva y genera
sentimientos de identificación con las situaciones que plantean esos
personajes. Pero más allá del montaje, otros aspectos que consideramos
importantes son: el criterio de selección de los cuentos (contenido, estructura
y valor estético), la adaptación o versión que se hace de ellos y la manera de
contarlos (el estilo, la impronta personal de quien narra). En ese sentido,
somos muy rigurosas en la elección del repertorio, en el trabajo de mesa y en
la práctica continua de la narración y de cursos de perfeccionamiento.
¿Por qué eligen narrar para chicos?
La primera respuesta que nos surge es vivencial y emocional:
fuimos chicas a las que nos contaban cuentos y tenemos la vivencia de lo
maravilloso que es. En segundo lugar, porque creemos que como dice Francisco
Garzón Céspedes “…todas las niñas y todos los niños tienen derecho igualmente a
que se les cuenten, oralmente y (…) artísticamente (…) los cuentos y otras
historias de la literatura universal y de la literatura de su país, de los
textos clásicos a los de las grandes escritoras y los grandes escritores de
todos los tiempos, y con énfasis en los contemporáneos; a que se les narren
cuentos potenciando al máximo la comunicación por sobre la expresión; a que se
les narre con pasión y con compromiso, con responsabilidad y con entrega, con
ternura y con complicidad, con sentido del humor y con sentido de lo emocional,
con expectación y con riesgo. La oralidad es el llamado más poderoso que puede
hacerse a la imaginación de otro ser humano”.
¿Qué público es más difícil: el infantil o el adulto?
Uy, qué pregunta…! Ambos públicos tienen sus características
particulares. Los chicos son muy espontáneos y eso hace que cuando les gusta lo
manifiesten y cuando no, también. A los adultos, a veces, les cuesta entregarse
ya sea por preconceptos (“es cosa de chicos”) o por vergüenza de que se noten
las emociones que pueden surgir. Más que público difícil, hay ámbitos o
contextos difíciles: lugares en los que se filtra ruido externo, eventos en los
que hay otras actividades, el horario… En fin, situaciones que conspiran contra
el clima de intimidad necesario para que la narración fluya.
¿Por qué creen que a los chicos les fascina tanto que
"les cuenten un cuento"?
Los narradores somos mediadores entre la ficción que pensó
un autor o que proviene de la tradición oral; y la que crea el chico que
escucha de acuerdo a su experiencia
personal. Tal vez muchos crean que el que escucha cuentos cumple un rol
pasivo; es todo lo contrario. Al escuchar cuentos, los chicos tienen un rol activo
y realizan un ejercicio de libertad y creatividad: son ellos quienes en su
imaginación le dan cuerpo a los personajes, realidad a los paisajes y a los
conflictos. La ficción permite identificar y representar conflictos, emociones,
ansiedades, miedos. Ana María Machado, en su libro “Buenas palabras, malas
palabras” (Ed Sudamericana, Bs As, 1998) cita a Umberto Eco quien sostiene que
la ficción permite dar “sentido a la infinidad de cosas que sucedieron, están
sucediendo o van a suceder en el mundo real”.
Perfiles:
* Silvina Mennuti es Narradora, Profesora de Educación
Inicial (Instituto SUMMA) y Profesora de Educación Especial para ciegos y
disminuidos visuales (Normal 6)
* Laura Finguer es Narradora, Fonoaudióloga (UBA), actriz de
doblaje y ex docente universitaria (carrera de Lic. en Fonoaudiología-UBA)
Ambas son co-fundadoras e integrantes del Grupo de Narración
Oral “Contar con voz” y co-fundadoras e integrantes del Dúo de Narración Oral “VerdeVioleta
cuentos…”
Como narradoras se formaron en el Club de narradores del
Instituto SUMMA, en los cursos del Programa “Bibliotecas para Armar” del
Gobierno de la C.A .B.A
y en cursos, talleres y/o seminarios dictados por especialistas (Ana María
Padovani, Ana María Bovo, Gabriela Halpern, Claudio Ledesma, Elvia Pérez
Nápoles, entre otros)