“Malvinas; paisajes y cicatrices” es un compromiso de
tiempo, recursos y de consolidación de un equipo artesanal integrado por Diego
Arranz, Dante Donolo y Diego Furci.
Esta muestra fotográfica, que retrata el escenario de uno de
los momentos más tristes de la historia política de nuestro país, se presenta
en el Centro Cultural Marcó del Pont desde el 26 de noviembre hasta el 18 de
diciembre.
En esta entrevista, Diego Furci nos cuenta los pormenores de
un viaje tan interesante como doloroso.
“No siempre cumplir un deseo que contiene un desafío como el de
explorar territorios propios de acceso dificultos pueden producir tanta
satisfacción. Por eso, el viaje fotográfico a las Islas Malvinas fue como una
llamita precaria que nos fue incendiando hasta considerar que debíamos hacerlo
por imperativo moral, por necesidad personal y por agregar una visión más
contemporánea a un reclamo histórico sublimado por los años y la manipulación”.
Diego Arranz, Dante Donolo y Diego Furci.
¿Cómo surge la idea de
realizar este viaje a las Islas Malvinas?
El viaje, como idea, lleva conmigo mucho tiempo...Digamos
que era una cuenta pendiente que cargaba desde que ocurrió nuestra recuperación
de las Islas en abril del ’82. Y recién logré concretar este anhelo en
noviembre de 2010, mes en el que pude viajar a nuestras Malvinas junto con
Diego Arranz y Dante Donolo. Ellos son amigos y fotógrafos, en ese orden de
prioridad.
¿Con qué escollos
burocráticos tuvieron que lidiar para realizar este viaje?
Escollos burocráticos no hubo. Si bien es un viaje muy caro
para nosotros, se puede hacer. Lamentablemente, hay que mostrar el pasaporte
para entrar. No se si llamar a esa situación “escollo”; pero sí se que es algo
doloroso.
¿Cuál era el
comentario recurrente de las personas a las que les informaban que iban a
realizar este viaje?
El típico comentario fue: “¿Malvinas? ¿Y te van a dejar
entrar?!” Más allá de eso, todos fueron mensajes de admiración y aliento. Y
todavía lo eran más aquellos que provenían de las personas que saben de mis
sentimientos por las Islas Malvinas.
¿Cuál fue la primera
sensación que surgió al pisar las islas?
Tuve dos sensaciones muy definidas. La primera: profunda
alegría por haber llegado a nuestras islas tras casi un año de planear el
viaje. La segunda sensación, y no voy a mentirte, fue de bronca. El avión
aterriza en Mount Pleasant, que es la base militar británica en la Isla Soledad. Ver
flamear en ese lugar una bandera ajena no me gustó nada.
¿Qué sentías a medida
que ibas retratando esos paisajes?
Pecando de soberbio puedo decirte que traje las imágenes que
fui a buscar: sabía que fotos quería lograr. Retratar paisajes de naturaleza
fue hermoso porque las islas realmente son preciosas. Lo difícil (profundamente
difícil) fue hacer las fotos de campos de batalla, del cementerio argentino en
Darwin, Monte Longdon, Dos Hermanas… Esos son los restos profundos de la
guerra, son las cicatrices...Muchas, muchas veces sentí angustia.
¿Qué fue lo que más te
sorprendió de Malvinas?
Me sorprendieron varias cosas. Las más significativas son
las diferencias edilicias, las sociales...A sólo dos horas de Río Gallegos sentís
que estás en otro continente. Es duro, feo y triste, pero es así.
¿Cómo eran las
personas con las que te cruzabas?
Me llamó la atención que no hay gente. No la ves...Es decir,
hay 2000 habitantes pero no los ves por las calles. Salvo alguna reunión en un
pub, no hay personas a la vista relacionándose socialmente. El trato humano de
los habitantes es típicamente británico: hombres y mujeres distantes, pero
amables. Como dato de color sobre su aspecto físico lo que más me sorprendió es
que debido a su estilo de alimentación (todo frito: la famosa comida chatarra)
la mayoría de la gente es obesa. Muy obesa.
¿Estar en Malvinas te
dio otra perspectiva de la historia de nuestro país?
Llevo leído mucho material referente al tema Malvinas: todo
tipo de bibliografía, libros de historia anteriores al conflicto, libros
posteriores a la guerra. Tanto de autores argentinos como británicos, de militares
y de civiles... Y puedo decirte que pisar las islas hizo que me cerraran muchas
ideas que tenía formadas al respecto en varios sentidos. Si hablamos específicamente
de historia, lamentablemente no hicimos las cosas a tiempo como para que la
guerra del ‘82 no llegara. Y me remonto a los años 1829, 1833...Allí se debería
haber empezado a cambiar la historia de las Islas Malvinas.
¿Cuán difícil es
realizar un viaje como éste, tan cargado de peso ideológico y político?
Muy difícil. Te cuento que tuve muchas dudas cuando comencé
a planear el viaje. Me decía: “¿voy a una parte de nuestro territorio nacional
y tengo que llevar el pasaporte?; ¿el trato será malo?; ¿qué voy a sentir
cuando vea la palabra Falklands por todos lados?”. Y me daba bronca... Entonces
me acordé de una frase que dice siempre mi suegro: “hay que priorizar el amor
al odio” ¡Y ahí no tuve más dudas!
¿Cuáles son las
expectativas que tenés con esta muestra?
¡Estoy feliz por el hecho de que el Centro Cultural Marcó
del Pont nos haya abierto las puertas! Queremos que las imágenes lleguen a la
mayor cantidad de gente posible, que las personas vean como son nuestras
Malvinas: que vean sus paisajes y cicatrices, que sepan que están allí. Y hablo
por los tres fotógrafos que emprendimos esta aventura cuando digo que muchas de
estas imágenes sirven como homenaje a quienes sin saber de política ni de
mentiras fueron y pusieron el cuerpo en la guerra. También es un homenaje a los
que volvieron, a los que se quedaron en las islas para siempre, a sus
familiares; y también para aquellos que volvieron con un dolor tan grande que
no pudieron seguir adelante.
Julieta Gervasoni para Marcó del Pont Contenidos
Malvinas; paisajes y cicatrices / Fotografía
Del 26 de noviembre al 17 de Diciembre 2011
Inaugura Sábado 28 a las 16 hs
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Julieta Gervasoni para Marcó del Pont Contenidos
Malvinas; paisajes y cicatrices / Fotografía
Del 26 de noviembre al 17 de Diciembre 2011
Inaugura Sábado 28 a las 16 hs