Un barrio antiguo, muy antiguo: Flores cumple 205 años.

31 de Mayo de 1806 / 31 de Mayo de 2011

Flores cumple 205 años y lo celebramos con esta entrevista

Un hombre de barrio. 
Con motivo del aniversario 205 de nuestro barrio convocamos al arquitecto Eduardo Gabor, Presidente de la Junta de Estudios Históricos de San José de Flores, para que nos cuente su parecer sobre el pasado, el presente y el futuro de Flores.

PLAZA DE FLORES 1903. glorieta para la banda de música y fuente ornamental.

¿Por qué es el 31 de mayo la fecha elegida para el aniversario de nuestro barrio?

Porque fue el 31 de mayo de 1806 el día de la fundación del Curato de San José de Flores, a instancias del obispo de Buenos Aires Benito de Lué y Riega. En 1803 él había iniciado las negociaciones para poder crear una basílica. Porque en la ciudad de Buenos Aires, en el Camino Real del Oeste (hoy Avenida Rivadavia) ya había un poblado incipiente y no tenían iglesia. Entonces, para tomar misa estaban obligados a viajar hacia el centro o hacia Morón. Y era un viaje largo…En función de esta situación, el obispo pidió al Virrey Sobremonte una autorización para crear un nuevo Curato. De ahí surgió que el 31 de mayo de 1806 se erigiera el Curato de San José de Flores, que es una delimitación eclesiástica que va desde la barranca alta del Riachuelo hasta el Río de la Plata. Así se decidió erigir una capilla que fuera cabecera de una nueva diócesis dedicada al patrono San José. Para identificar el lugar se le agregó "de Flores", porque era costumbre en aquellos años que los nombres de los propietarios se extendieran a parajes, estancias, caminos o accidentes geográficos vecinos.

Rivadavia y Pumacahua. PALACIO UNZUÉ, 1930,

donde se promulgó la Constitución Nacional de 1853

¿Cómo fue desarrollándose el barrio de Flores? ¿Qué características tenía?

Este barrio sufrió muchos cambios con el correr de los años. El más importante fue la llegada del ferrocarril, que fue crucial por la comodidad de transporte que a partir de ese momento ofrecía Flores. Esto fue el 29 de agosto de 1857. A partir de ahí se empezaron a crear casas quintas porque era muy cómodo venir desde el área urbana, desde el centro, hasta esta zona. Por ejemplo, los dueños de esta casa, los Marcó del Pont, venían hasta acá en tren. Como tantos otros vecinos e invitados ilustres. Por otra parte, el barrio empezó a crecer en derredor de la plaza. Porque aquella primera iglesia que se construyó era una casilla de barro y techo de paja, instalada sobre la calle Rivera Indarte. Varios años después a instancias del Párroco Dr. Martín Boneo, algunos vecinos notables, y el importantísimo aporte de Juan Manuel de Rosas sobre un proyecto de Felipe Senillosa; se construyó la segunda iglesia. Y fueron la iglesia y el ferrocarril los que le dieron vida al barrio. Por eso, casas como estas (la Marcó del Pont) fueron construidas “mirando” hacia el sur: la idea era observar la plaza, la iglesia y el tren. Pero también la idea era dejarse mirar. El “ver y ser visto” era un concepto cultural que había por aquellos años. Era un vínculo muy directo que existía entre los vecinos de cierto nivel económico.

Porque la zona de Flores era más que nada un paraje de casas quintas para vacacionar. O sea, los vecinos promedio eran personas de cierto nivel económico que tenían la posibilidad de tener casas quintas...

Exactamente. Esta zona era para vacacionar y al sur y norte del Camino Real (hoy Av. Rivadavia) se encontraban las quintas de verduras y frutales. Además, acá se producía leña para la ciudad y también había hornos para ladrillos. O sea: nuestro barrio era una especie de gran mercado de provisiones. Después, con el correr de los años, Flores se destacó por ser un lugar íntimamente relacionado con muchos poetas y escritores célebres: desde Baldomero Fernández Moreno hasta Roberto Arlt. Esa fue una época más bien “rosa” del barrio: la población era más ingenua y leía mucho. Yo siempre planteo que la lectura fue clave para el desarrollo de esta zona y de sus habitantes. Porque además, en Flores, siempre hubo muchas librerías. Y eran esas librerías tipo Calle Corrientes, en las que el librero sabía lo que le estabas preguntando, había leído y sabía lo que te vendía.

LA SEGUNDA ESTACIÓN DE FLORES .1875

Además de la llegada del ferrocarril, ¿cuál cree que fue el gran cambio que existió en el barrio?

Es muy difícil precisarlo pero yo creo que el gran cambio fue el de la clase de personas que habitaban esta zona. El siglo XX trajo aparejada una gran transformación. Sobre todo desde el gran movimiento que generó la explosión del transporte. La gente venía a vivir a Flores porque estaba el tranvía, estaba el tren y era una zona cómoda para acceder hacia y desde cualquier punto de la ciudad. Por ejemplo: en aquella época existía el tranvía que iba hasta el cementerio de Flores. Este camino generaba una línea comercial y de transporte muy importante. A eso se sumaba que también ahí estaba el hospital. Hoy por hoy, ese movimiento ya no existe porque culturalmente el cementerio perdió todo tipo de importancia. Ya casi nadie va al cementerio. Pero por esos años era un recorrido casi obligado.

Casa Marcó del Pont. 1996

Centro Cultural Marcó del Pont. 2006

¿Cómo lo ve hoy al barrio y qué espera a futuro?

Yo creo que nuestro barrio está muy desvinculado de la ciudad, en el sentido cultural e institucional. Esta es una gran preocupación que yo tengo: desde mi punto de vista, nuestro barrio no es tomado en cuenta por el Gobierno de la Ciudad. Aún así, contamos con un gran desarrollo, tanto de la educación pública como de la privada. Y poseemos importantes centros de salud como los Hospitales Álvarez y Piñero. Yo espero que con la llegada del subte al centro de Flores se considere más al barrio desde la ciudad, valorando su importante patrimonio histórico. Porque nuestro barrio y nosotros, los vecinos, nos merecemos estar mejor.

Julieta Gervasoni para Marcó del Pont Contenidos

Fotos gentileza Junta de Estudios Históricos de San José de Flores

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